En Latinoamérica, mucha influencia en su teatro hasta la independencia provenía de España. Sin embargo, parece como en muchos países latinoamericanos, los dramaturgos usaron y continua usar lo que ocurre en la sociedad para crear obras de teatro.
En Argentina, había una tendencia en que el teatro es una representación de lo que ocurre en el país, específicamente con los problemas socio-económicos. Este tiene una influencia tan fuerte que puede ver como lo que ocurre afecta el teatro. Algunos dramaturgos como Eduardo Gutiérrez y Juan Moreira mostraron los abusos e injusticias que experimentaron algunas personas en el país. También, expusieron la desigualdad social y los conflictos con las autoridades. No obstante, con la democracia, el sentido del teatro estaba perdido porque los directores jóvenes no tuvieron la misma inspiración que antes.
En otros países como México y Perú los dramaturgos querían tener un equilibrio entre de la influencia de España y de otros países (para aprender y perfeccionar su teatro) y su propio inspiración y creatividad. En México, ellos no quieren se apoyan en el teatro de España mucho y estuvieron en competición con ellos.
En Perú, ellos usaron los técnicos nuevos que fue basado en Brecht y en otras influencias europeas. Felipe Pardo los usó para enfatizar el drama en una manera elegante. Y cuando el teatro había empezado a declinar, Sebastián Salazar Bondy introdujo influencia francesa para rejuvenecerlo.
En general, la influencia europea y los problemas sociales de Latinoamérica era importante en el desarrollo de su teatro. Este es evidente hoy como el teatro continúa su expansion.